sábado, febrero 11, 2006

Los caminos de la e-comunicación


A lo largo de la historia moderna y particularmente desde la globalización, las operaciones interculturales fueron patrimonio exclusivo de estrategias políticas, las masas eran entonces persuadidas a través de los medios masivos de comunicación, hegemonizados en esta parte del mundo -América Latina- por grandes consorcios capitalistas. Pues bien, desde la irrupción de Internet, las operaciones interculturales cambiaron de forma y dirección: de un modelo vertical y unidireccional de difusión de información desde un punto (medio) a multipuntos (masas), se pasa a uno horizontal y radicalmente distinto:
multipunto-multipunto (masas), es decir, un medio de comunicación descentralizado, donde la información de transmitirse a circular de forma masiva y pública. Claro que para que esto sucediera, mucho tuvo que ver la digitalización de la comunicación.

La computadora conectada a Internet es hoy un potentísimo y auténtico medio de comunicación pública en donde se dio –y se sigue dando- una serie trascendental de cambios en las formas y contenidos de la comunicación. Uno de esos cambios, como asegura en su portal José Luis Orihuela, Dr. En Ciencias de la Información y Profesor de Comunicación en la Universidad española de Navarra, es que ahora“los proveedores de contenidos y los usuarios pueden establecer en este canal un vínculo bilateral, puesto que sus roles resultan perfectamente intercambiables” (Orihuela, 2001). El resultado de esta interacción es, según Koldo Meso Ayerdi, profesor de periodismo digital en la Universidad del país Vasco, “la ruptura de la comunicación lineal y unidireccional de un emisor a un receptor, lo que implica una serie de cambios fundamentales respecto a las rutinas del periodismo tradicional” (Averdi, 2003). Precisamente, partiremos muy brevemente desde los supuestos básicos e históricos de la prensa, para comprender mejor el gran cambio que produjo esta nueva forma de ejercer la profesión.


Periodismo, e-comunicación y después


Al hablar de los orígenes del periodismo, José Cervera, responsable del portal Baquía.com, afirma que “los periódicos nacieron para llevar información donde no la había. Transportar un producto -noticias- a lugares donde ese producto es escaso; a cambio, los receptores pagan. Simple y rentable. La rentabilidad generó competencia; la competencia metió a los medios en una guerra por llegar primeros, por la rapidez” (Cervera,2004).

Escasez, competencia, rapidez. Tres supuestos básicos e históricos a la hora de hacer periodismo. Pero esa hora ya pasó, pues como afirma Cervera “la aparición de Internet deshace esos tres supuestos –o paradigmas-. La Red elimina la escasez de información, que se transforma en inundación; replantea la rapidez de transporte de noticias, al permitir tanto la rápida como la lenta; y multiplica la competencia al infinito”.

Internet cambió –y sigue cambiando- la forma de hacer periodismo. A partir de la inserción masiva de este meta-medio público-personal, la rapidez en la consecución de los datos y su redacción ya no son cualidades extraordinarias de un comunicador, sino requisitos mínimos para el ejercicio de su profesión. El desafío que se le abre al profesional ante este panorama es lograr una eficiente e-comunicación, surgida y afianzada en Internet como un nuevo Sistema de Información y Comunicación Global.

Podemos afirmar en consecuencia que se está construyendo un nuevo tipo de profesional del periodismo. Innovación, creatividad y contenido son los nuevos supuestos básicos de un buen ciberperiodista; además, por supuesto, de ser capaces de desenvolverse como emisores y receptores con conocimiento, eficacia y rapidez.

De esta manera, se abre una nueva problemática en el mundo digital en general y en los medios en particular ¿es realmente el usuario interactivo y, a la vez, eje del proceso comunicativo? ¿Cómo se identifica el contenido frente al hipertexto como gramática digital, la abundancia de información y un nuevo lenguaje multimedia? ¿Se da una revalorización del conocimiento por encima de la información? Todos estos paradigmas son, al navegar por Internet, como corrientes marinas que confluyen en el mismo sitio: la e-comunicación.



Haciendo e-comunicación

A partir de los usos, magnitud y alcance de la Web, el periodismo digital en la e-comunicación revolucionó las formas y contenidos de la comunicación social. Ahora se pone a disposición del usuario la noticia ya no en forma periódica, sino en tiempo real y actualizable, de fácil acceso y en forma gratuita, con abundancia de información complementaria o relacionada, una gramática hipertextualizada, interactividad, opciones a diversos formatos multimedia (los otrora soportes de audio, video, gráfica, fotos y más). Es decir, todo aquello que concierne a la noticia y que, por diversos factores –como por ejemplo la falta de espacio para publicar todo y la rapidez de producción siempre vigente en cualquier medio tradicional-, quedaba indefectiblemente en el “tintero” del escritorio, sin posibilidades de llegar a los receptores interesados.

Además, la e-comunicación ha posibilitado el pasaje del narrowcasting al pointcasting, ya que ahora los medios se dirigen no al público en general, sino a cada uno en particular, mediante la personalización de los servicios de información. Por eso, como afirma Orihuela en sus Paradigmas de la e-comunicación, ya no se puede hablar de audiencia sino de usuario, lo que por otro lado generó en los medios un reposicionamiento de su identidad, focalizada ahora en un mayor y mejor contenido, con una revalorización de su marca a partir de su puesta en este nuevo servicio multi-plataforma.


Ser o no ser digital

Para no “ahogarse” en la e-comunicación, prima ante todo el saber manejarse según los paradigmas anteriormente citados, pues si bien este novedoso sistema comunicacional abre un juego en el que pone a todos en condiciones de igualdad, es responsabilidad exclusiva del periodista digital el estar capacitado para producir informaciones cuya forma y contenido esté en consonancia con estos nuevos tiempos comunicacionales virtuales.

La Red es hoy un inmenso mar de información, en donde el reto del e-comunicador es ser un auténtico “Capitán de Mar y Guerra”, es decir, por un lado estar lo suficientemente capacitado como para saber dar los timonazos justos en tiempo y forma, y por el otro contar con las herramientas necesarias, tanto las materiales (una pc conectada, “el barco” del ciberperiodista), como las simbólicas (herramientas de redacción, conocimientos generales, etc.; constituyen “la ciberbrújula” del comunicador navegante); imprescindibles todas para poder conducir a las masas –y a sí mismo- a buen puerto.

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